La obesidad es una acumulación excesiva de grasa que pone en riesgo la salud. En los niños, es más complejo ya que el aumento de peso es normal durante el crecimiento, pero si se excede, puede interferir en el desarrollo y desencadenar enfermedades del síndrome metabólico, como diabetes tipo 2 e hipertensión arterial, que antes eran típicas de adultos. La obesidad infantil ha incrementado, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT).
La autoestima, que influye en la percepción y decisiones, se ve afectada por la obesidad. Un entorno familiar y escolar nutritivo puede mejorar la autoestima, pero si la autopercepción es negativa, pueden surgir trastornos de conducta alimentaria (TCA). Los niños con obesidad a menudo adoptan actitudes negativas hacia su peso, sintiéndose excluidos socialmente, lo que puede llevar a insatisfacción corporal y problemas emocionales. Un enfoque integral con apoyo nutricional, psicológico y médico es esencial para abordar estos problemas.
Abstract
Obesity is an excessive accumulation of fat that poses a health risk. In children, it is more complex because weight gain is normal during growth, but if it exceeds a certain limit, it can interfere with development and trigger metabolic syndrome diseases such as type 2 diabetes and hypertension, which were previously typical in adults. According to the National Health and Nutrition Survey (ENSANUT), childhood obesity has increased.
Self-esteem, which influences perception and decisions, is affected by obesity. A supportive family and school environment can improve self-esteem, but if self-perception is negative, eating disorders (ED) may arise. Obese children often adopt negative attitudes towards their weight, feeling socially excluded, which can lead to body dissatisfaction and emotional problems. An integrated approach with nutritional, psychological, and medical support is essential to address these issues.
Palabras Clave
Obesidad, autoestima, percepción corporal.
Keywords
Obesity, self-esteem, body perception
Introducción
La obesidad se define como una acumulación anormal o excesiva de grasa que supone un riesgo para la salud. En los niños el tema es más complejo ya que en la etapa de crecimiento el aumento de peso es normal, no obstante, si este se excede interfiere en el crecimiento y desarrollo normal del infante desencadenando enfermedades del síndrome metabólico a temprana edad. “La epidemia de obesidad infantil ha conducido a un incremento paralelo en la prevalencia de formas pediátricas de enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2 (DT2) y la presión arterial elevada, la cuales hace pocos años eran típicamente enfermedades de los adultos.” (Pérez et al., 2019)
Anteriormente se sabía que las enfermedades como la Diabetes tipo 2 era un padecimiento de adulto que se podía dar a partir de los treinta años, al igual que la HTA y demás enfermedades crónico degenerativas, sin embargo, con el paso de los años ya no es poco común ver a un niño en etapa escolar con principios de DM2 o jóvenes de 20 años con HTA, todo esto debido, principalmente, a una mala alimentación y una actividad física mínima.
La obesidad y el sobrepeso es un padecimiento multifactorial como lo son hábitos alimenticios, sedentarismo, disponibilidad de alimentos, factores endócrinos y hereditarios. Según los resultados de ENSANUT de 2018-2019 en relación a la encuesta anterior 2012, la tasa de sobrepeso y obesidad infantil aumentó casi un 2% en 6 años aproximadamente. Debido a la pandemia por COVID-19 ENSANUT realizó otra encuesta, donde se obtuvieron resultados preocupantes; de la última encuesta realizada en 2018-2019 a la que se realizó en 2020, en menos de 2 años la tasa de sobrepeso y obesidad infantil aumentó un 2%, en cuanto a las enfermedades del síndrome metabólico también se han visto aumentadas en edades más tempranas.
AUTOESTIMA
La autoestima es un componente esencial para un adecuado desarrollo que nos permite moldear y expresar una valoración particular de nosotros mismos que define lo que creemos ser y cómo nos dirigimos al exterior. La autoestima influye en cómo percibimos todo aquello que pasa y conforma nuestras vidas y las decisiones que tomamos antes ello, además de la aceptación o rechazo que obtenemos de los demás y nuestro entorno. Se trata de un proceso permanente basado en las vivencias e interpretaciones del día a día, que a través del tiempo esta puede fortalecerse o lo contrario, afectando no únicamente la forma la percepción o evaluación de la misma persona sino también la percepción hacia los demás, las cosas que lo rodean y los acontecimientos de la vida cotidiana.
El desarrollo de la autoestima se ve influenciado por personas que están relacionadas a la persona como la familia, la escuela, donde el grado de importancia se basa en la cercanía que se tiene a ese entorno. En cuanto al entorno familiar, esta toma un papel muy importante ya que es el primer lugar en el que la persona comienza su desarrollo como persona y en él se encuentra la autoestima, En la medida que se constituye como un espacio nutritivo que provee afecto, apoyo, orientación, retroalimentación y control, favorece el desarrollo de recursos personales. En el entorno escolar toma un significativo papel ya que aquí se adquieren y cultivan habilidades sociales y emocionales para poder interactuar con los demás, creando adecuadas evaluaciones de sí mismos. Por último, el entorno social, la interacción con pareja, amigos o algún otro grupo, juega un papel importante debido a que en esta etapa la integración a los contextos sociales genera lazos de confianza y sentimientos de pertenencia, se comparten intereses, preocupaciones y conversaciones que son difíciles de abordar en familia, además que este entorno proporciona un soporte emocional, las parejas principalmente, influyen más en la evaluación de la imagen corporal, la aceptación, estima y la valoración sobre sí mismo, además de su apoyo a la generación de estrategias para buscar ayuda sin miedo a ser rechazados.
Cuando estos entornos proporcionan las herramientas adecuadas para un buen desarrollo de la autoestima tienen a mejorar la percepción y valoración de sí mismos, y al mismo tiempo la satisfacción misma y con la vida. La asociación de altos niveles de satisfacción con la vida y alto sentido de autoestima ayuda a regular el comportamiento propio y hacia los demás, y a fortalecer la predisposición para enfrentar eventos adversos.
Ahora bien, cuando uno de estos entornos influye para el cambio de una buena percepción corporal, habiendo o no algún problema como lo es el sobrepeso y la obesidad, el autoestima se va a ver afectado y por consecuencia vendrán los problemas de autopercepción y la percepción hacia los demás, dañándose a sí mismo o bien a las personas que lo rodean, la aceptación se vuelve más complicada hacia ellos mismos por lo que va a ser fácil proyectarlo hacia los demás dando cavidad a una serie de problemas como lo son los TCA (Trastornos de Conducta Alimentaria), o por lo contrario yendo de un extremo a otro, aumentando la incidencia a sobrepeso u obesidad desencadenando así problemas más complejos de tipo metabólico a temprana edad.
Un dato importante es que los niños con obesidad tienen el mismo tipo de prejuicios, adoptando actitudes negativas contra el sobrepeso. El niño obeso se siente excluido en la ropa, moda y actividades lúdicas de una sociedad con valores, creencias y actitudes en pro a la delgadez. La imagen corporal en el niño obeso tiene dos perspectivas importantes como lo es la autoimagen corporal y la imagen corporal que perciben los padres. La obesidad incide negativamente en la percepción social y actitudes que tienen los niños y niñas sobre su propio cuerpo. La insatisfacción corporal se asocia a baja autoestima, depresión y con el impulso inicial para trastornos de la conducta alimentaria.
En estos casos cuando hay un problema como obesidad o sobre peso y además problemas de autopercepción y autoestima, es necesario tratar el problema de manera integral teniendo un apoyo nutricional, psicológico y si es necesario médico, ya que, en la mayoría de los casos, se puede llegar a tener un aspecto físico saludable, pero si la autoestima se encuentra en desequilibrio la percepción corporal se verá distorsionada, aun así, orillando a caer en un problema de TCA.
Conclusión
La obesidad infantil es una preocupación creciente debido a su impacto en la salud, contribuyendo a enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2 y la hipertensión arterial en edades tempranas. Esta condición multifactorial está influenciada por hábitos alimenticios, sedentarismo, y factores genéticos. La autoestima juega un papel crucial en el desarrollo de los niños, y una percepción negativa de la imagen corporal puede llevar a problemas emocionales y de salud, incluyendo trastornos alimentarios. Por lo tanto, es esencial abordar la obesidad infantil de manera integral, proporcionando apoyo nutricional, psicológico y médico para asegurar un desarrollo saludable y una autoestima equilibrada.
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